El salbutamol pertenece a la familia de los broncodilatadores. La mayoría de las veces se prescribe como tratamiento para el asma, la bronquitis obstructiva crónica o para prevenir el asma inducida por el ejercicio.

Pero en las últimas décadas, el Salbutamol también ha conquistado el mundo de los deportes, en particular las siguientes disciplinas: remo, ciclismo, levantamiento de pesas, natación y rugby.

El salbutamol es particularmente buscado por los deportistas por sus propiedades anabólicas, su capacidad de quemar grasas rápidamente y de desarrollar una mejor resistencia para un esfuerzo prolongado.

No obstante, su uso en el deporte sigue estando reglamentado y debe ir acompañado de una receta médica para su forma de inhalación.

Una vez administrado, el salbutamol ejercerá poderosos efectos estimulantes y anabólicos en el cuerpo.

Su efecto estimulante actúa sobre los receptores beta-2 en los músculos lisos de los bronquios, causando que los bronquios se dilaten significativamente. Su efecto es bastante largo, más o menos de 3 a 5 horas. 

Al aumentar el diámetro de los “tubos” que llevan el aire a los pulmones, el salbutamol permite que haya  una mayor cantidad de oxígeno durante el ejercicio. 

La sangre cargada de oxígeno se suministra entonces a los músculos, permitiendo que se lleven a cabo sesiones de entrenamiento más largas e intensas.

También tiene una acción anabólica en los músculos, permitiendo que los músculos desarrollen volumen y densidad muscular.

Por último, el salbutamol tiene la propiedad de provocar la termogénesis y así acelerar la quema de grasas.

En dosis altas de Salbutamol, algunos usuarios  han experimentado efectos adversos para la salud:

• Temblores musculares
• Palpitaciones
• Taquicardia
• Problemas digestivos, como vómitos o náuseas
• Dolores de cabeza  

Es fundamental ser consciente del historial médico y tomar Salbutamol bajo supervisión médica o profesional y, en particular, no automedicarte sin una supervisión estricta y rigurosa.